ESCUELA BÍBLICA, DOMINCAL
DEPARTAMENTO DE EDUCACIÓN
Si Jehová no edificare la casa, En vano trabajan los que la edifican; Si Jehová no guardare la ciudad, En vano vela la guardia. Salmos 127:1 (RV60)
Décimo Cuarta lección
Conflictos al interior del matrimonio
Versículo para memorizar: "Cuando vayas al magistrado con tu adversario, procura en el camino arreglarte con él, no sea que te arrastre al juez, y el juez te entregue al alguacil, y el alguacil te meta en la cárcel." (Lucas 12:58)
Enseñanza Bíblica
Los conflictos siempre estarán a la orden del día. San tan antiquísimos como la existencia del hombre. Es más, donde no afloran las diferencias, por mínimas que sean, algo extraño debe estar ocurriendo. Eso no significa que los problemas sean normales; en absoluto. Pero no debemos sorprendernos si aparecen.
La esencia del asunto es que las personas son las que avivan y dimensionan los criterios encontrados. Lo complejo, además, es que no ponen de su parte para encontrar soluciones sino que ponen un cariz de difícil en lo que hace a resolver los tropiezos.
El apóstol Pablo dejó claro que para solucionar los problemas es necesario poner de nuestra parte. Asumir una actitud exenta de rencor, y por el contrario, muy conciliadora. Él escribió a los creyentes de Éfeso: "Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros. Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo." (Efesios 4:25-27)
A continuación relacionaremos algunos conflictos que son comunes en la relación de pareja y que minan su estabilidad:
1.- Celos y Envidia.
A lo largo de la trayectoria de la humanidad encontramos que los Celos y la Envidia están íntimamente ligados. Son dos sentimientos altamente destructivos.
En los matrimonios apreciamos los Celos en alguno de los componentes de la pareja. En muchos casos, infundados. No obstante provocan el deterioro de la relación.
La Envidia es otro factor. Aflora por ejemplo en el cónyuge que no quiere el progreso de su compañero sentimental. Por supuesto, socava toda relación y puede conducirla al fracaso.
En la Biblia hallamos que hace 5.000 años se presentó un suceso que involucró los dos sentimientos. Ocurrió con Caín y Abel. Como se recordará, Caín dio muerte a su hermano. El incidente lo relata el capítulo el capítulo 4 del Génesis.
2.- Diferencias generacionales.
La diferencia de edades, apenas naturales entre padres e hijos pero también entre los componentes de la pareja, no dejan de acarrear consecuencias negativas. Siempre se pensará diferente. Y unos acusarán a los otros de estar "chapados a la antigua".
La Biblia nos ofrece un ejemplo de la situación con las diferencias que marcaron la relación del rey David con su hijo Absalón. La oposición que sufrió el padre por parte del joven fue profunda y le trajo muchos sinsabores.
Es necesario estar preparados para que se presente esta situación y pedirle a Dios que nos conceda la sabiduría necesaria para manejarla.
3.- Sexo prematrimonial
Aun cuando hoy día es muy frecuente el caso de parejas que antes del matrimonio sostienen relaciones sexuales, puede traer consecuencias nefastas una vez contraen matrimonio. Lo podemos apreciar en el caso de los celos que despierta el "pasado" o el posible "presente" de cada uno de los componentes de la pareja. Por supuesto, una situación así no hace más que traer consecuencias negativas, que socavan la relación.
La Biblia relata como, desde hace por lo menos 3.800 se presentan situaciones similares. Aun cuando no se trató de un matrimonio, los protagonistas de la escena, Dina y Siquem, enfrentaron las consecuencias que desata la fornicación. El relato lo encontramos en el capítulo 34 del libro del Génesis.
4.- Infidelidad matrimonial
El rey David, caracterizado por ser consagrado a Dios, cedió a la tentación y cayó en una práctica de infidelidad. Y llevó a esta situación a Betsabé, por quien sintió una pasión irrefrenable el día que la vio. También leemos una situación de infidelidad en el caso del profeta Oseas, en cuyo libro se relata de qué manera le fue infiel su esposa Gomer, quien le dejó para irse tras otro hombre. El incidente ocurrió hace ya 2.700 años.
Las consecuencias de los conflictos no resueltos
Los conflictos que no se resuelven a tiempo desencadenan nefastas consecuencias a las que es necesario salir al paso. Cuando no se aplican correctivos, lo más probable es que se presenten diferencias irreconciliables que traen mucho dolor a la relación matrimonial.
Atender los conflictos en aras de una solución es posible cuando involucramos al Señor Jesús. Él nos puede ayudar. Con Su divina intervención es posible hallar salidas al laberinto.
Lecturas Devocionales.
Lunes: Jeremías 17:1-18.
Martes: Amós 9:1-10.
Miércoles: Sofonías 2:1-15.
Jueves: Mateo 16:21-28.
Viernes: Mateo 18:1-9.
Sábado: Mateo 25:14-30.
Domingo: Lucas 14:7-14.
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