ESCUELA BÍBLICA, DOMINCAL
DEPARTAMENTO DE EDUCACIÓN
Si Jehová no edificare la casa, En vano trabajan los que la edifican; Si Jehová no guardare la ciudad, En vano vela la guardia. Salmos 127:1 (RV60)
Sexta lección
Pilares del liderazgo del esposo
Versiculo para memorizar: "Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas." (Colosenses 3.19)
Enseñanza Bíblica
Dentro de los roles que es necesario asuma el esposo, está el liderazgo en todos los órdenes con el fin de que guíe a su familia.
Siempre me ha llamado la atención el comportamiento de las familias de colonos cuando llegaban a un territorio del cual iban a posesionarse. Inmediatamente se concluía la casucha para albergar a todos los componentes del hogar, la esposa disponía cómo debían organizarse las cosas dentro. Con destreza y disposición acomodaba los enseres. El esposo por su parte, antes que ocuparse de cómo se organizaban los muebles y utensilios, se encaminaba a conseguir qué comer y a trabajos rudos, de campo. Esa es su función: asumir el liderazgo.
Hay cuatro pilares que comparto con usted respecto a la posición que asume el marido cuando de guiar a su familia se trata:
1.- Asume el liderazgo a nivel espiritual
El esposo es pastor de su familia. Es un principio aprendido en la Biblia y que fue instituido por Dios. Si él pretende que haya un avivamiento espiritual, él debe ser el primero en experimentarla. Y lo hace a través de la oración y el estudio de las Escrituras. Si Dios mora en su corazón, seguramente podrá relacionarse con la esposa y los hijos, compartiéndoles la Palabra.
Esta pauta está definida en el Antiguo Testamento cuando escribe Moisés: "Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes." (Deuteronomio 6:6, 7)
Observe que las enseñanzas deben quedar sembradas en el corazón del marido y, a partir de entonces, transmitirlas a sus hijos. Igualmente aprendemos que la Palabra del Señor debe primar no solo en las decisiones sino en la cotidianidad del hogar.
2.- Le da el lugar que le corresponde a la esposa.
En América está comenzando a primar la costumbre de que la mujer camine dos metros atrás de su marido. Es la que prevalece en los pueblos de Oriente, en donde no se valora a la mujer. ¡Tremendo error! La esposa tiene un lugar de preeminencia que se debe respetar.
El apóstol Pedro instruyó a los esposos con las siguientes palabras: "Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo." (1 Pedro 3:7).
Es evidente que se debe tener en cuenta a la esposa, siempre. Admitir que hay que tratarlas con sumo cuidado, y algo que siempre me ha causado gracia pero que reviste significado: mi esposa es tan hija de Dios como lo soy yo. Así es que Dios es mi Padre celestial, pero también es mi suegro porque me casé con su hija.
Darle a la mujer el puesto que le corresponde implica que desarrollemos tres principios importantes:
- Tratarles con ternura.
- Tratarles con cortesía.
- Demostrar interés por ella.
3.- Permite a la esposa que sea colaboradora.
Es lamentable que en nuestros días se desconozca y desestime las extraordinarias capacidades que tiene la mujer, dispuesta siempre a colaborar con el esposo. Pero el marido, en buen número de casos, deja de lado las aptitudes y actitudes de su cónyuge, restando importancia al papel que Dios le concedió a la mujer, y es que es ayuda idónea.
Es necesario atenderlas, consultarles su opinión, tratarles con una actitud amorosa y comprensiva como describe el apóstol Pablo: "Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas." (Colosenses 3.19)
No podemos bajo ninguna circunstancia anular a nuestra esposa. Por el contrario, es importante tenerles en cuenta. Consultar con ella cualquier determinación ya que, no hacerlo, es afrentarla y en la mayoría de los casos, desalentarlas y provocar en ellas molestia.
4.- Provea para su esposa.
Sorprende que en países latinoamericanos el número de esposas abandonadas por su cónyuge sea tan alto. Ellos no asumieron un principio bíblico establecido para el hombre, como es el de ser quien lleva lo necesario a su hogar. La Biblia da pauta que deben seguir esposos: "...porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo." (1Timoteo 5:8)
La provisión para la esposa debe manifestarse en alimento, vestido, refugio y brindarles seguridad. También debemos abrirnos a la comunicación. Un matrimonio en el que cada uno de los componentes anda por su lado, sencillamente no funciona.
También, además de cubrir las necesidades de ellas, es menester que seamos su compañía, no eventualmente sino siempre que esté a nuestro alcance. El tiempo disponible debemos invertirlo con ellas.
Lecturas Devocionales.
Lunes: Deu. 3:23-29
Martes: Deu. 8:11-20
Miércoles: Deu. 291-29
Jueves: Josué 23:1-16;
Viernes: Jue. 2.11-23
Sábado: Jue. 6:1-40
Domingo: 1 Sam. 6:1-21.
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